Tener un abdomen plano también es un asunto de hombres. La mejor opción para combatirlo, es consumiendo alimentos bajos en calorías con porciones regulares de frutas y verduras, acompañado de una rutina diaria de ejercicios físicos que involucren los músculos a tratar.
Practicar la contracción: Al momento de contraer los músculos abdominales, aumenta el uso de energía, permitiendo trabajar ésta área del cuerpo. Lo puedes hacer mientras realizas tu rutina de ejercicios cardiovasculares, aeróbicos, caminatas, correr, subir escaleras, etc. por un espacio de treinta minutos, luego de quince minutos de relajación, vuelve a repetir. Lo puedes hacer unas tres a cuatro veces, casi al finalizar cada rutina de ejercicios.Aparentemente, notaras que no trabajas lo suficiente, pero al día siguiente y con el paso del tiempo, notaras la diferencia.
Levantar peso: En realidad, no ayudará a bajar la panza, pero siguiendo la lógica anterior, trabajaran los músculos abdominales mediante las contracciones. No debes dejar de contraer y relajar adecuadamente el abdomen. Además, contraer los músculos abdominales ayudará a mantener una postura correcta durante la realización de los ejercicios.
En tensión: Como todo ejercicio, lo ideal es hacerlo correctamente. Si no, lamentablemente no funcionará y terminaras con dolores y problemas físicos.
Es muy importante, mantener correctamente la tensión mientras ejercitamos los músculos del abdomen y evitar el peor error de relajar los músculos al final de cada serie. Es imprescindible mantener la tensión durante todo el tiempo que dura el ejercicio, porque si no, se ganaría aire y perdería forma y trabajo real.
Alimentación, evitar los condimentos: Otro punto importante para combatir la panza abultada, es la alimentación y el gran enemigo son los condimentos, aceite y grasas en general.
Por lo que, están prohibidas en cualquier dieta contra el exceso de grasa la mayonesa, cremas, salsas con aceite cocido y mantecas. Pero hay algunos condimentos que lo pueden reemplazar y que mantienen agradables a nuestras comidas, como por ejemplo: Mostaza, kétchup, salsa de soja, salsas caseras, con un poco de aceite crudo, salsa picante, salsa de tomate natural, margarina, entre otros.
Lo importante es ver las características del alimento que vamos a consumir y elegir en base a esto, para mantener una dieta baja en calorías y grasas.
El otro mecanismo al que apuntan es a aumentar nuestro metabolismo, haciéndonos quemar mayor cantidad de grasas de lo habitual. Sin embargo, jugar con nuestro metabolismo suele no ser una buena idea si no sabemos lo que estamos haciendo. Así que las píldoras y los suplementos dietarios deben ser tan sólo un último recurso, y siempre muy controlado.
Pero todo esto no tendría efecto, si no tenemos en mente la palabra clave que es la “disciplina”.
Disciplina: Debemos ser disciplinados en nuestros hábitos alimenticios y rutinas de ejercicios. Para cumplir con todas las recomendaciones y hacerlo todo bien.
Dejando de consumir alimentos con alto contenido de grasas y tener en cuenta que durante la noche el metabolismo reduce su funcionamiento. Por eso, comer alimentos con alto contenido graso al final del día, es muy dañino para nuestro organismo. También, es terrible ir a dormir con el estomago lleno, ya que toda esa comida se aloja rápidamente en los depósitos de grasa del cuerpo.
Disciplina no es lo mismo que matarse de hambre. Es más importante comer bien y en los momentos adecuados que comer poco y mal.
Siempre hay que mantener el organismo funcionando, por lo que hay que consumir alimentos, no saltearse comidas alegremente con la presunción de que eso nos ayuda a bajar de peso.
Así que, mantengamos una dieta seria y bien llevada, y el combate estará medio ganado.
Practicar la contracción: Al momento de contraer los músculos abdominales, aumenta el uso de energía, permitiendo trabajar ésta área del cuerpo. Lo puedes hacer mientras realizas tu rutina de ejercicios cardiovasculares, aeróbicos, caminatas, correr, subir escaleras, etc. por un espacio de treinta minutos, luego de quince minutos de relajación, vuelve a repetir. Lo puedes hacer unas tres a cuatro veces, casi al finalizar cada rutina de ejercicios.Aparentemente, notaras que no trabajas lo suficiente, pero al día siguiente y con el paso del tiempo, notaras la diferencia.
Levantar peso: En realidad, no ayudará a bajar la panza, pero siguiendo la lógica anterior, trabajaran los músculos abdominales mediante las contracciones. No debes dejar de contraer y relajar adecuadamente el abdomen. Además, contraer los músculos abdominales ayudará a mantener una postura correcta durante la realización de los ejercicios.
En tensión: Como todo ejercicio, lo ideal es hacerlo correctamente. Si no, lamentablemente no funcionará y terminaras con dolores y problemas físicos.
Es muy importante, mantener correctamente la tensión mientras ejercitamos los músculos del abdomen y evitar el peor error de relajar los músculos al final de cada serie. Es imprescindible mantener la tensión durante todo el tiempo que dura el ejercicio, porque si no, se ganaría aire y perdería forma y trabajo real.
Alimentación, evitar los condimentos: Otro punto importante para combatir la panza abultada, es la alimentación y el gran enemigo son los condimentos, aceite y grasas en general.Por lo que, están prohibidas en cualquier dieta contra el exceso de grasa la mayonesa, cremas, salsas con aceite cocido y mantecas. Pero hay algunos condimentos que lo pueden reemplazar y que mantienen agradables a nuestras comidas, como por ejemplo: Mostaza, kétchup, salsa de soja, salsas caseras, con un poco de aceite crudo, salsa picante, salsa de tomate natural, margarina, entre otros.
Lo importante es ver las características del alimento que vamos a consumir y elegir en base a esto, para mantener una dieta baja en calorías y grasas.
El otro mecanismo al que apuntan es a aumentar nuestro metabolismo, haciéndonos quemar mayor cantidad de grasas de lo habitual. Sin embargo, jugar con nuestro metabolismo suele no ser una buena idea si no sabemos lo que estamos haciendo. Así que las píldoras y los suplementos dietarios deben ser tan sólo un último recurso, y siempre muy controlado.
Pero todo esto no tendría efecto, si no tenemos en mente la palabra clave que es la “disciplina”.
Disciplina: Debemos ser disciplinados en nuestros hábitos alimenticios y rutinas de ejercicios. Para cumplir con todas las recomendaciones y hacerlo todo bien.
Dejando de consumir alimentos con alto contenido de grasas y tener en cuenta que durante la noche el metabolismo reduce su funcionamiento. Por eso, comer alimentos con alto contenido graso al final del día, es muy dañino para nuestro organismo. También, es terrible ir a dormir con el estomago lleno, ya que toda esa comida se aloja rápidamente en los depósitos de grasa del cuerpo.
Disciplina no es lo mismo que matarse de hambre. Es más importante comer bien y en los momentos adecuados que comer poco y mal.
Siempre hay que mantener el organismo funcionando, por lo que hay que consumir alimentos, no saltearse comidas alegremente con la presunción de que eso nos ayuda a bajar de peso.
Así que, mantengamos una dieta seria y bien llevada, y el combate estará medio ganado.
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